Eres la guerra que nunca tuve.
La batalla que nunca pude conquistar.
El suelo sobre el cual se rinde mi pecho.
Hiroshima entre tus piernas,
Hiroshima mon amour.
Ella no es de pana, es de piel.
Pasea por mi cuerpo sintiéndome un doncel.
Sus labios cantan pensamientos como el cascabel
y con sus caricias pinta de rubor todo mi ser.