Las cosas me duran demasiado, incluso tus recuerdos.
Es por eso que aún tengo tus regalos.
Tus notas, tu suéter y tu retrato.
Cargo tu mochila a todos lados, por más que se cae a pedazos.
Aún cuelga desesperadamente por sostenerse,
Como un moribundo en su lecho de muerte.
Ojalá fuera más descuidado, y los vasos se me cayeran
Las llaves se me perdieran y mis cosas se rompieran
Para así aceptar que nada durará por siempre.
Cada día invades mis espacios y como un incienso te impregnas.
Si tan solo tuviera el valor de tirarlo todo, y olvidar aquello
Que te mantiene conmigo. Tal vez así te dejaría ir.
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Emiliano Caballero
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